por Adrián Granero
El actual municipio de Chella tiene su origen en una alquería musulmana, situada en la actual plaza de la Iglesia Vieja, en la que aun se conserva una parte del muro de la mezquita con una hornacina con la Virgen de Gracia, patrona de la localidad.
En 1244 Jaime I conquisto la comarca y contra el se revelo Al-Azraq, caudillo musulmán, y con el los habitantes de Chella. Tras ser vencidos fueron expulsados, repoblando el pueblo con musulmanes leales al rey. La población fue dada en feudo, sucesivamente, a Tomas de Ulmis, al conde de Denia, a Pedro Escintelles, y al primer duque de Gandia (Alfonso el Vell), a cuya muerte paso de nuevo a la corona. Durante las Germanías los moriscos de Chella fueron forzados a bautizarse y la parroquia de Bolbaite se desmembró de la de Chella. Con Carlos de Borja, volvió a manos de los Duques de Gandia y Condes de Oliva; y en 1609 Felipe III ordenó la expulsión de los moriscos y Chella quedó totalmente abandonada hasta 1611.
Fue entonces cuando vasallos de Carlos de Borja llegaron a Chella para repoblarla y reconstruirla quedando como sus nuevos habitantes Pedro Guerola, Francisco Bordoll, Martin Guerola, Pedro Esparza, Juan Bono, Juan Llobregat ( el pequeño), Juan Navarro, Andres del Moro, Luis Guerola, Pedro Bordoll, Juan Llobregat (el mayor, alias Cabañer), Gaspar Garcíasa y Juan Canet quienes junto con sus familias conformarían los nuevos vecinos.